lunes, 10 de noviembre de 2014

REY DE LA MONTAÑA


Salí con la cámara hace unos días para atrapar los colores del otoño, antes de que los empleados de la limpieza se los vayan llevando en sus grandes bolsas de plástico. Ya están por todas partes barriendo las hojas, con esas máquinas que soplan pequeños huracanes amontonándolas por doquier.



Los montones que eran montañas cuando éramos críos y jugábamos al rey de la montaña. Mullida y fragante, nos revolcábamos por aquella masa crujiente de amarillos y marrones, reyes como éramos, en guerras diminutas.

Salí a por los colores y me fui encontrando con ellos a porrillo, el otoño ha llegado a escondidas camuflado en el cambio climático que ha hecho de octubre un agosto, pero por fin la ribera del Manzanares se ha cubierto de amarillos.



 













 

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